Receta de Tartas de Queso Tradicional

Preparación de tarta de queso tradicional Ingredientes que necesitamos:

200 gr. crema de queso

4 huevos

Yogur natural

60 gr. de Nata líquida

60 gr. de Leche entera

60 gr. de Harina

180 gr. de Azúcar

1/2 sobre chico de levadura

Mermelada

No tienes que ir a un restaurante para degustar una deliciosa tarta de queso tradicional, os traemos la receta , no olvides darle a "Me Gusta" si te hemos ayudado a preparar la Tarta de Queso Tradicional. También te puede interesar las recetas para hacer una mousse de chocolate.

Receta:

Primer paso:
Lo primero que haremos será encender el horno y ponerlo a 180º mientras preparamos nuestra tarta, prepararemos nuestro molde donde la vamos a preparar, engrasamos el molde con mantequilla o margarina, y le echamos harina para que no se nos quede pegada la tarta al molde.
Empezamos a preparar la masa de la tarta, buscaremos un bol preferiblemente que sea grande, en su interior vamos a echar los huevos sin las cáscaras, el yogur, la crema de queso, la leche, el azúcar y la nata, y lo batimos hasta que se quede como una crema.
Después añadiremos la harina y el sobre de levadura, vertiéndolas poco a poco y removiéndolas con la crema que realizamos anteriormente.
Segundo paso:
Una vez la masa esté lista lo que haremos será verterla en el molde y dejarla hornear durante 45 minutos aproximadamente.
Para saber que la tarta está lista utilizaremos varillas como las de los pinchitos de la barbacoa, y los utilizaremos pinchando en la tarta para saber si el interior está hecha, si la varilla sale limpia, eso nos indicará que la tarta está lista, lo que debemos hacer ahora será apagar el horno y dejar que se enfríe la tarta en el interior de el con la puerta abierta.
Tercer paso:
Cuando ya esté fría la tarta, lo que hacemos es desmoldamos y terminar de prepararla con mermelada por encima a vuestra elección el sabor de la mermelada.
Ya podemos disfrutar de nuestra tarta de queso.

Una segunda receta muy sencilla de tarta de queso estilo tradicional

Ingredientes:

16 galletas
400 g de queso crema
120 g de mantequilla
200 ml de nata líquida
4 huevos
20 g de harina de repostería
80 g de azúcar
10 g de ralladura de limón

Preparación:

Prepara la base mezclando la mantequilla con la harina de galletas y cubre con ella la base de la fuente donde vayas a preparar la tarta. Aprieta bien para que quede compacto y mételo en la nevera para que endurezca al solidificarse la mantequilla.
Mientras enfría la base, precalienta el horno a 190-200ºC.
Para hacer la crema o el relleno de la tarta, batimos con las varillas los huevos con el azúcar hasta que blanqueen. Después agregamos la nata líquida, las dos tarrinas de queso crema y mezclamos bien. Añadimos la harina y la ralladura de limón y una vez esté homogéneo y sin grumos, lo vertemos sobre la base de galletas.
Horneamos bajando la temperatura a 170-180ºC y tendremos la tarta de queso lista tras unos 30 minutos de cocción.
Para comprobar el punto puedes meter una brocheta de madera en la zona central y si sale limpio o casi limpio, puedes apagar y dejar que se enfríe hasta estar cuajada pero no dura.

Consejos para hacer una tarta de queso perfecta

Te damos unos consejos para hacer la tarta de queso genial.

Calidad de los ingredientes: La calidad de los ingredientes es clave para una buena tarta de queso. Utiliza buen queso crema, huevos frescos y nata líquida con el mayor porcentaje de materia grasa posible.
Temperatura de los ingredientes: Es importante que todos los ingredientes estén a temperatura ambiente, especialmente el queso, para facilitar la mezcla.
La base: Puedes hacer la tarta con o sin base. Si eliges hacerla con base, puedes utilizar galletas y mantequilla. Asegúrate de que las galletas estén bien trituradas y la mantequilla esté a la temperatura adecuada.

Si prefieres que tu tarta de queso sea en frío, y la haces con gelatina o cuajada, tendrás una textura lisa y un sabor más neutro, parecido a un flan.
Si optas por cocinarla mediante la aplicación de calor y horneas la tarta, no será necesario que hagas una base ya que la preparación de la tarta y el horneado le otorgan la consistencia suficiente para que no sea necesaria la base.

El molde: Forra un molde con papel de horno humedecido. Esto ayudará a que la tarta no se pegue al molde.
El horno: Precalienta el horno antes de introducir la tarta. La temperatura del horno es crucial para obtener la textura perfecta.
Tiempo de cocción: No te pases con el tiempo de cocción. La tarta de queso debe quedar jugosa por dentro.
Enfriamiento: Deja que la tarta se enfríe en el horno con la puerta entreabierta. Esto evitará que la superficie de la tarta se agriete.
Variedades de queso: Puedes experimentar con diferentes tipos de queso para encontrar el sabor que más te guste.

¿Con qué acompañar una tarta de queso?

Una tarta de queso puede ser acompañada con una variedad de ingredientes para realzar su sabor. La elección del acompañamiento puede variar dependiendo del tipo de tarta de queso y de tus preferencias personales. Te dejamos algunas sugerencias.

Frutas frescas: Las frutas frescas como fresas, arándanos, frambuesas o frutos rojos pueden añadir un toque de frescura y acidez que complementa bien el sabor cremoso de la tarta de queso.
Mermeladas o confituras: Las mermeladas o confituras de frutas como fresa, frambuesa, mora, arándano, grosella, naranja, limón, kiwi, mango, piña, etc., son un clásico acompañamiento para la tarta de queso.
Salsas dulces: Las salsas dulces como el caramelo, toffee o chocolate fundido pueden añadir un toque extra de dulzura.
Nata montada: La nata montada puede añadir una textura ligera y esponjosa que complementa la textura densa de la tarta de queso.
Especias: Las especias como la canela o la nuez moscada pueden añadir un toque de calidez y profundidad de sabor.

Tipos de tarta de queso

Existen muchos tipos de tarta de queso en el mundo, cada uno con su propio estilo y sabor. Te explicamos algunos de los más conocidos.

New York Cheesecake: Este estilo de tarta de queso es conocido mundialmente y se caracteriza por su base crujiente y una mermelada de frutos rojos o frambuesa.
Pastel de queso japonés: Más que una tarta, es un esponjoso bizcocho menos dulce y con textura algodonosa.
Quesada pasiega: Esta tarta de queso tiene su origen en los Valles Pasiegos de Cantabria y se caracteriza por su base de leche de vaca cuajada, huevos, harina y mantequilla.
Tarta de queso vasca: Se caracteriza por una textura interior muy cremosa y un exterior tostado, horneado a fuego fuerte.
El flaó: Es una tarta de queso tradicional de las Islas Baleares, en España.
Pizza de Pascua: Aunque se llama “pizza”, en realidad es un tipo de tarta de queso.
Tarta de queso Philadelphia clásica: Esta tarta de queso se hace con queso Philadelphia y suele tener una base de galleta.
Tarta de queso sin horno: Como su nombre indica, esta tarta de queso no requiere horneado.
Tarta de queso ligera: Esta es una versión menos calórica de la tarta de queso.

La tarta de queso en el mundo

Cada país tiene su propia versión de la tarta de queso, lo que resulta en una increíble variedad de sabores y texturas.

Estados Unidos: Las tartas de queso americanas, conocidas como “cheesecakes”, suelen ser muy cremosas y se elaboran con queso crema.
Alemania: Los alemanes utilizan queso cottage en lugar de galletas para la base de sus tartas de queso.
Japón: En Japón, la tarta de queso se llama “Fuwa-Fuwa” y tiene la textura y apariencia de un pastel.
Francia: En Francia, se utiliza “fromage blanc”, un queso batido, para hacer una “tarte au fromage blanc” originaria de Alsacia.
Italia: Las tartas de queso italianas son conocidas por el uso de ricota y miel en sus adornos.
España: En España, el origen de la tarta de queso se encuentra en el norte, con la quesada pasiega de Cantabria como referencia.

Historia de la tarta de queso

La tarta de queso es un postre que ha resistido la prueba del tiempo, con una historia que se remonta a miles de años.
Orígenes en la Antigua Grecia. El primer antecedente confirmado de la tarta de queso llega de la Antigua Grecia, más concretamente desde la Isla de Samos, hace 4.000 años. Este pastel era considerado un alimento muy energético y, de hecho, se ha constatado que en el año 776 a.C. se utilizaba para alimentar a los atletas que participaban en los Juegos Olímpicos. La elaboración consistía en trabajar el queso hasta que quedara suave y cremoso para mezclarlo en una sartén de latón con miel y harina de trigo, luego calentar hasta convertirlo en una masa y, por último, dejar enfriar y servir.
Influencia Romana. Más tarde, cuando los romanos conquistaron todos los territorios griegos, la tarta de queso se convirtió en botín de guerra, tan preciado como las joyas, pinturas y esculturas. Los romanos modificaron la antigua receta griega incluyendo huevo y horneándola entre ladrillos calientes. La llamaron libuma y se trataba de un pastel que sólo servían en ocasiones muy especiales.
Expansión por Europa. A medida que el Imperio Romano se extendía, la tarta de queso fue llegando a todos los países de Europa. A lo largo de los siglos, cada uno ha ido modificando la receta original, personalizándola con los gustos y las tradiciones culinarias autóctonas.
Llegada a América. Fue en el siglo XVIII que con la llegada de los primeros colonos europeos al Nuevo Mundo la tarta de queso llegó a América, especialmente a diversas ciudades de Estados Unidos.
Evolución Moderna. Para hacernos una idea, se tuvo que esperar hasta 1872 para que se añadiera el queso crema a la receta y obtener un resultado más parecido a la tarta actual. Lo curioso es que el descubrimiento se debió a un accidente. En Philadelphia, un fabricante de quesos llamado Mr. Lawrence de Chester intentó crear una mezcla más suave con el queso tipo Neufchatel y, gracias a un error en esta preparación, se creó el famoso queso Philadelphia que tiempo después distribuiría envuelto en papel de aluminio vendiéndolo en las tiendas locales.
Hoy en día, la tarta de queso es uno de los postres más consumidos del mundo y, quizás, uno de los más antiguos que utilizan lácteos diferentes de la leche. Cada país tiene su propia versión de este postre, lo que resulta en una increíble variedad de tartas de queso. La tarta de queso ha evolucionado a lo largo de los siglos, adaptándose a las diferentes culturas y gustos, pero siempre manteniendo su esencia: una deliciosa combinación de queso, azúcar y huevos.

Beneficios para la salud de la tarta de queso

La tarta de queso, además de ser un postre delicioso, también puede aportar algunos beneficios para la salud.

El queso crema, que es un ingrediente principal en la tarta de queso, es rico en calcio y fósforo. Estos minerales son esenciales para la salud ósea.

Los huevos, otro ingrediente común en la tarta de queso, son ricos en proteínas y vitamina D. Las proteínas son esenciales para la reparación y construcción de tejidos, mientras que la vitamina D ayuda a la absorción de calcio y fósforo.

La nata, aunque contiene grasa, es cardiosaludable. Contiene ácido linoleico conjugado, una grasa saludable con efectos positivos para el colesterol y la presión arterial.

Es importante recordar que, aunque la tarta de queso tiene algunos beneficios para la salud, también puede ser alta en calorías y grasas saturadas. Por lo tanto, debe ser consumida con moderación como parte de una dieta equilibrada.

Curiosidades sobre la tarta de queso

La tarta de queso es un postre con una historia fascinante y llena de curiosidades.

Origen antiguo: Como ya hemos comentado, la tarta de queso tiene sus raíces en la antigua Grecia, donde se dice que se dio a conocer por primera vez durante la celebración de los Juegos Olímpicos del 776 a.C.
Alimento energético: En la antigua Grecia, la tarta de queso se añadía a la dieta de los atletas por su gran aportación energética.
Difusión romana: Los romanos, tras conquistar Grecia, difundieron la receta de la tarta de queso por toda Europa.
Llegada a América: No fue hasta el siglo XVIII, con la llegada de los primeros colonos europeos al Nuevo Mundo, que la tarta de queso llegó a América.
Queso crema: En 1872, un lechero de Philadelphia llamado William Lawrence, al intentar copiar una variedad de un queso francés, inventó uno de los ingredientes principales de su versión estadounidense: el queso crema.
Variedad de sabores: Hoy en día, la tarta de queso cuenta con numerosas versiones con oreo, chocolate, dulce de leche, mango e incluso aguacate.
Día Internacional del Cheesecake: Existe un Día Internacional del Cheesecake que se celebra cada año para honrar este delicioso postre.

Menús con Tarta de Queso

Menú 1 - de Ensalada, Salmorejo, Albóndigas de choco y Tarta de queso
Entrante: Ensalada de lechuga, atún y huevo
Primero: Salmorejo Cordobés
Segundo: Albóndigas de choco
Postre: Tarta casera de queso y/o Bizcocho de yogur

Empezamos con unos cócteles de bienvenida de esos que hace que todo el mundo se sienta como casa y se pongan a conversar. En cóctel encontrarás recetas de varios tipos, también sin alcohol. Es recomendable que la recepción se realice, si se puede y el tiempo lo permite, en espacios abiertos como un jardín, patio o terraza. Una vez todos animados nos sentamos a la mesa y nos ponemos a comer. Empezamos con una rica ensalada de lechuga, atún y huevo aderezados al gusto. Es mejor no poner sabores fuertes a menos que estemos seguros que los gustos de todos nuestros comensales van por ahí. De segundo un nutritivo salmorejo cordobés. Es mejor no poner mucha cantidad para no 'enguachinar' el estómago. No te olvides de poner pan, picos y regañá. Si te atreves a hacerlo casero puedes aprender en cómo hacer pan. A continuación ponemos encima de la mesa unas albóndigas de choco. Aquí podemos poner cantidad ya que es nuestro plato fuerte. Y por último, y como colofón de nuestro almuerzo traemos nuestra tarta de queso, realizada según las recetas de esta web y/o un rico bizcocho de yogur. También añadimos café, infusiones, pastas y galletas.

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Menú 2 - de Ensalada de tomates raf, Crema de Calabacín, Pizza y Tarta de queso
Entrante: Ensalada de tomates raf y lechuga
Primero: Crema de calabacín
Segundo: Pizza cuatro estaciones
Postre: Tarta de queso

Para empezar recibimos con unos daiquiris sin alcohol y algo de chacina. Por ejemplo podemos poner queso viejo de oveja, chorizo, salchichón o, si el bolsillo lo permite, jamón serrano. Una vez sentados a la mesa, comenzamos el almuerzo con unos tomates raf y lechuga, con un chorro de aceite de oliva virgen extra y un poco de sal. Por supuesto servimos las bebidas. Se recomienda tener vino blanco y vino tinto para poder atender a todos. Sin mencionar los refrescos, la cerveza y el agua, que se da por sentado. De primer plato servimos una crema de calabacín receta tradicional. Siempre en medio de la mesa, pan, picos y regañá. De segundo y como plato fuerte hacemos una pizza cuatro estaciones. Puedes obtener ideas en cómo hacer una pizza. Y para finalizar, y como colofón a la comida tienes la famosa Tarta de Queso. Si ves que la sobremesa se alarga, ofrece café / descafeinado, algún licor, o simplemente galletas, pastas y bombones.

Recomendaciones

Es buenos, y no nos cansaremos de repetirlo, que tengas en cuenta que los invitados además de comer, también oyen, ven y huelen. Es por lo que es bueno cuidar los detalles de la vista como el orden y la limpieza. Para decorar la casa puedes obtener ideas en cuadros de Sevilla. Cuidar que no haya olores fuertes que puedan desagradar y mantener la música a raya. Si no sabemos qué tipo de música gusta a nuestros comensales mejor apostar por el silencio de fondo. Y por último ten en cuenta que la conversación ha de ser agradable, mejor no tocar temas que sepas pueden ser sensibles y acabar con la paz interior.